Estar en las cosas del Padre (Servidores y Testigos)


Estar en las cosas del Padre (Servidores y Testigos)

«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo tenía que estar en las cosas de mi Padre?». Así responde Jesús a sus padres cuando, después de tres días de ansiosa búsqueda, lo encuentran en el templo en medio de los doctores.

Son las primeras palabras que pronuncia Jesús en el evangelio de Lucas, y por eso no pueden menos de suponer una connotación programática de toda la vida de Jesús de Nazaret. Es una síntesis maravillosa de la cristología de Lucas: Jesús es el que «tiene que estar» en las cosas del Padre, pues ha venido a cumplir su voluntad, a realizar su proyecto.

A la luz de lo anterior, también el cristiano ve descrita en este episodio su connotación fundamental: su vida es, en definitiva, una vocación, una adhesión gozosa y libre a un proyecto que le atañe y que incluso da razón de ser a su existencia. En este sentido, las páginas del cardenal Martini son unas reflexiones sobre la opción vocacional.

La vocación cristiana es vista, en su raíz, como la revelación de una idea concreta de hombre y de mujer destinados a una existencia que no es un viaje en solitario y sin meta, sino la búsqueda de un proyecto anterior y más grande. «Estar en las cosas del Padre» es el programa de una existencia en la fe capaz de optar con radicalidad.

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