Homilía del 10 de Octubre de 2019: Evangelio y Palabra del Día

Homilía del 10 de Octubre de 2019: Evangelio y Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA


Lectura del Libro del Profeta Malaquias
Mal 3, 13-20

«Ustedes me han ofendido con sus palabras, dice el Señor, y todavía preguntan: ‘¿Qué hemos dicho contra ti?’ Han dicho esto: ‘No vale la pena servir a Dios. ¿Qué hemos ganado con guardar sus mandamientos o con hacer penitencia ante el Señor de los ejércitos? Más bien tenemos que felicitar a los soberbios, pues hacen el mal y prosperan, provocan a Dios y escapan sin castigo’ «.

Entonces, los que temen al Señor hablaron unos con otros. Y el Señor puso atención y escuchó lo que decían y se escribió ante él un libro en el que están registradas las obras y los nombres de los que temen al Señor y lo honran.

«El día que yo actúe, dice el Señor de los ejércitos, ellos serán mi propiedad personal y yo seré indulgente con ellos, como un padre es indulgente con el hijo que lo obedece. Entonces verán la diferencia entre los buenos y los malos, entre los que obedecen a Dios y los que no lo obedecen.

Ya viene el día, ardiente como un horno, y todos los soberbios y malvados serán como la paja. El día que viene los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles ni raíz ni rama. Pero para ustedes, los que temen al Señor, brillará el sol de justicia, que les traerá la salvación en sus rayos».


EVANGELIO DEL DÍA


Evangelio según Lucas
Lc 11, 5-13

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Supongan que alguno de ustedes tiene un amigo que viene a medianoche a decirle: ‘Préstame, por favor, tres panes, pues un amigo mío ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle’. Pero él le responde desde dentro: ‘No me molestes. No puedo levantarme a dártelos, porque la puerta ya está cerrada y mis hijos y yo estamos acostados’. Si el otro sigue tocando, yo les aseguro que, aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su molesta insistencia, sí se levantará y le dará cuanto necesite.

Así también les digo a ustedes: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra y al que toca, se le abre. ¿Habrá entre ustedes algún padre que, cuando su hijo le pida pan, le dé una piedra? ¿O cuando le pida pescado, le dé una víbora? ¿O cuando le pida huevo, le dé un alacrán?

Pues, si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial les dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?»


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO


Hay que ser valerosos cuando se pide algo al Señor. Lo dijo esta mañana el Santo Padre en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. Dios es el amigo que nos puede dar lo que necesitamos. Y ofreció el ejemplo de un hombre – que él conoció – que obtuvo tras pedir con insistencia

El Papa Francisco centró su homilía en el pasaje del Evangelio de hoy que afronta el tema de la oración, de cómo debemos rezar. En efecto, Jesús habla a sus discípulos de un hombre que, a medianoche, llama a la puerta de la casa de un amigo suyo para pedirle algo de comer. Y el amigo responde que no es el momento oportuno, que ya está en la cama, aunque después se levanta y le da lo que le pide.

Rezar con coraje y sin cansarse
El Pontífice subrayó tres elementos: un hombre con necesidades, un amigo y un poco de pan. Es una visita sorpresiva la del amigo necesitado y la suya es una petición insistente porque confía en su amigo que tiene lo que él necesita. Pide con insistencia y de este modo – dijo Francisco – el Señor quiere enseñarnos cómo se reza:

“Se reza con coraje, porque cuando rezamos tenemos una necesidad, normalmente, una necesidad. Un amigo es Dios: es un amigo rico que tiene pan, tiene eso de lo nosotros tenemos necesidad. Como si Jesús dijera: ‘En la oración sean insistentes. No se cansen’. Pero, ¿no se cansen de qué? De pedir. ‘Pidan y se les dará’”.

La oración no es una varita mágica
Pero “la oración – continuó explicando el Papa – no es como una varita mágica”, no es que apenas pedimos, obtenemos. No se trata de decir dos “Padrenuestros” y después irse:

“La oración es un trabajo: un trabajo que nos pide voluntad, nos pide constancia, nos pide ser determinados, sin vergüenza. ¿Por qué? Porque yo estoy llamando a la puerta de mi amigo. Dios es amigo, y con un amigo yo puedo hacer esto. Una oración constante, insistente. Pensemos en Santa Mónica por ejemplo, cuántos años rezó así, incluso con las lágrimas, por la conversión de su hijo. El Señor, al final, abrió la puerta”.

Luchar con el Señor para obtener
Y Francisco ofreció otro ejemplo relatando un hecho acaecido en Buenos Aires: un hombre, un obrero, tenía una hija que estaba muriendo. Los médicos no le habían dado ninguna esperanza y él recorrió 70 kilómetros para ir hasta el Santuario de la Virgen de Luján. Llegó cuando era noche y el Santuario estaba cerrado, pero él rezó afuera durante toda la noche implorando a la Virgen: “Yo quiero a mi hija, yo quiero a mi hija. Tú puedes dármela”. Y cuando a la mañana siguiente volvió al hospital se encontró con la esposa que le dijo: “Sabes, los médicos la han llevado a hacer otro examen. No tenían explicación, porque se despertó y pidió de comer. Y no tiene nada, está bien, está fuera de peligro”. Aquel hombre – concluyó el Papa – sabía cómo se reza.

Los gritos de los niños que al final se salen con la suya
El Santo Padre invitó a pensar también en los niños caprichosos, cando quieren algo y gritan y lloran diciendo: “¡Yo lo quiero! ¡Yo quiero!”. Y al final los padres ceden. Y alguien podría preguntarse: ¿Pero Dios no se enojará si hago así? Es el mismo Jesús – recordó el Papa – quien previendo esto nos ha dicho: “Si ustedes que son malos saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más su Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo piden”.

“Es un amigo: siempre ofrece el bien. Da más: yo te pido que resuelvas este problema y él lo resuelve y también te da el Espírito Santo. Es más. Pensemos un poco: ¿Cómo rezo? ¿Cómo un papagayo? ¿Rezo precisamente con la necesidad en el corazón? ¿Lucho con Dios en la oración para que me conceda eso de lo que tengo necesidad si es justo? Aprendamos de este pasaje del Evangelio cómo rezar”.

(Santa Marta, 11 de Octubre 2018)


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