Homilía del 12 de Octubre de 2019: Evangelio y Palabra del Día

Homilía del 11 de Octubre de 2019: Evangelio y Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA


Lectura del libro del profeta Joel
Jl 4, 12-21

«Que se levanten las naciones y acudan al valle de Josafat:
allí me sentaré a juzgar a las naciones vecinas.
Empuñen las hoces, porque ya la mies está madura;
vengan a pisar las uvas, porque ya está lleno el lagar,
ya las cubas están rebosantes de sus maldades.

Multitudes y multitudes se reúnen en el valle del juicio,
porque está cerca el día del Señor.
El sol y la luna se oscurecen,
las estrellas retiran su resplandor.
El Señor ruge desde Sión,
desde Jerusalén levanta su voz;
tiemblan los cielos y la tierra.

Pero el Señor protege a su pueblo,
auxilia a los hijos de Israel.
Entonces sabrán que yo soy el Señor, su Dios,
que habito en Sión, mi monte santo.
Jerusalén será santa
y ya no pasarán por ella los extranjeros.

Aquel día los montes destilarán vino
y de las colinas manará leche.
Los ríos de Judá irán llenos de agua
y brotará un manantial del templo del Señor,
que regará el valle de las Acacias.

Egipto se volverá un desierto
y Edom una árida estepa,
porque oprimieron a los hijos de Judá
y derramaron sangre inocente en su país.

En cambio, Judá estará habitada para siempre,
y Jerusalén, por todos los siglos.
Vengaré su sangre, no quedarán impunes los que la derramaron,
y yo, el Señor, habitaré en Sión»


EVANGELIO DEL DÍA


Evangelio según Lucas
Lc 11, 27-28

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo: «¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!» Pero Jesús le respondió: «Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica».


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO


Qué gracia cuando un cristiano se convierte verdaderamente en un «cristo-foro», es decir ¡«portador de Jesús» por el mundo! Sobre todo por quienes están atravesando situaciones de luto, de desesperación, de tinieblas y de odio. Y esto se entiende a través de muchos pequeños detalles particulares: por la luz que un cristiano custodia en sus ojos, por el fondo de serenidad que no queda mermado ni siquiera en los días más complicados, por las ganas de querer bien incluso cuando se sufren muchas desilusiones. En el futuro, cuando se escriba la historia de nuestros días, ¿qué se dirá de nosotros? ¿Que hemos sido capaces de esperanza, o que hemos ocultado nuestra luz? Si seremos fieles a nuestro Bautismo, difundiremos la luz de la esperanza, el Bautismo es el inicio de la esperanza, la esperanza de Dios y podremos transmitir a las generaciones futuras razones de vida.

(Audiencia Generale, 2 de agosto de 2017)


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *