Homilía del 16 de Febrero de 2020: Evangelio y Palabra del Día

Homilía del 16 de Febrero de 2020: Evangelio y Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA


Primera lectura

Lectura del Libro del Eclesiastico
Sir 15, 16-21

Si tú lo quieres, puedes guardar los mandamientos;
permanecer fiel a ellos es cosa tuya.
El Señor ha puesto delante de ti fuego y agua;
extiende la mano a lo que quieras.
Delante del hombre están la muerte y la vida;
le será dado lo que él escoja.
Es infinita la sabiduría del Señor;
es inmenso su poder y él lo ve todo.
Los ojos del Señor ven con agrado
a quienes lo temen;
el Señor conoce todas las obras del hombre.
A nadie le ha mandado ser impío
y a nadie le ha dado permiso de pecar.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios
1 Co 2, 6-10

Hermanos: Es cierto que a los adultos en la fe les predicamos la sabiduría, pero no la sabiduría de este mundo ni la de aquellos que dominan al mundo, los cuales van a quedar aniquilados. Por el contrario, predicamos una sabiduría divina, misteriosa, que ha permanecido oculta y que fue prevista por Dios desde antes de los siglos, para conducirnos a la gloria. Ninguno de los que dominan este mundo la conoció, porque, de haberla conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.
Pero lo que nosotros predicamos es, como dice la Escritura, que lo que Dios ha preparado para los que lo aman, ni el ojo lo ha visto, ni el oído lo ha escuchado, ni la mente del hombre pudo siquiera haberlo imaginado. A nosotros, en cambio, Dios nos lo ha revelado por el Espíritu que conoce perfectamente todo, hasta lo más profundo de Dios.


EVANGELIO DEL DÍA


Evangelio según san Mateo
Mt 5, 20-22. 27-28. 33-37

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.

Han oído que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal.

También han oído que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio. Pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón.

Han oído que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey.


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO


Jesús, sin embargo, no quiere cancelar los mandamientos que dio el Señor por medio de Moisés, sino que quiere darles plenitud. E inmediatamente después añade que esta «plenitud» de la Ley requiere una justicia mayor, una observancia más auténtica. Dice, en efecto, a sus discípulos: «Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos»

(Ángelus, 16 de febrero de 2014)


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