Homilía del 4 de Julio de 2020: Evangelio y Palabra del Día

Homilía del 4 de Julio de 2020: Evangelio y Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA


Am 9, 11-15

Esto dice el Señor:
“Aquel día renovaré la casa de David convertida en ruinas,
taparé sus brechas, levantaré sus muros
y la reconstruiré como era en otros tiempos,
para que entre en posesión de lo que queda de Edom
y de todas las naciones donde se invocó mi nombre”.
Esto dice el Señor y él se encargará de cumplirlo.

“Días vendrán, dice el Señor,
cuando el que ara alcanzará al segador
y el que pisa las uvas, al sembrador;
de los montes brotará vino y correrá por las colinas.
Entonces haré volver a los cautivos de Israel:
reconstruirán las ciudades destruidas y las habitarán,
plantarán viñas y beberán de su vino,
cultivarán huertos y comerán de sus frutos.
Los plantaré en su suelo
y ya no serán arrancados de la tierra que yo les di”,
dice el Señor, tu Dios.


EVANGELIO DEL DÍA


Mt 9, 14-17
En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí ayunamos?” Jesús les respondió: “¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán.
Nadie remienda un vestido viejo con un parche de tela nueva, porque el remiendo nuevo encoge, rompe la tela vieja y así se hace luego más grande la rotura. Nadie echa el vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rasgan, se tira el vino y se echan a perder los odres. El vino nuevo se echa en odres nuevos y así las dos cosas se conservan’’.


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO


«El cristiano es fundamentalmente alegre pues la alegría y la conciencia de la centralidad de Cristo son las dos actitudes que los cristianos deben cultivar en su vida diaria. En las bodas de Caná la Virgen se dio cuenta de que ya no había vino, y cuando falta el vino se acaba la fiesta… Por eso la Virgen pidió el milagro. También nuestra vida cristiana tiene una actitud alegre, alegre de corazón, no porque beve «the o jugo de fruta», sino porque acoge la novedad del evangelio, o sea, el vino nuevo que es Cristo».

(Santa Marta 6 de septiembre de 2013)


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *