Homilía del 7 de Gennaio de 2021: Evangelio y Palabra del Día

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LECTURA DEL DÍA


De la Primera Carta de Juan 4, 19–5, 4

Queridos hijos: Amamos a Dios, porque él nos amó primero. Si alguno dice: “Amo a Dios” y aborrece a su hermano, es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Además, Jesús nos ha dado este mandamiento: El que ama a Dios, que ame también a su hermano.

Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de Dios. Todo el que ama a un padre, ama también a los hijos de éste. Conocemos que amamos a los hijos de Dios en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, pues el amor de Dios consiste en que cumplamos sus preceptos. Y sus mandamientos no son pesados, porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y nuestra fe es la que nos ha dado la victoria sobre el mundo.


EVANGELIO DEL DÍA


Evangelio según Lucas 4, 14-22

En aquel tiempo, con la fuerza del Espíritu, Jesús volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región.

Fue también a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.

Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”.

Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que salían de sus labios.


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO


Con su predicación anuncia el Reino de Dios y con las curaciones muestra que está cerca, que el Reino de Dios está entre nosotros. (…) Habiendo venido a la tierra para anunciar y hacer realidad la salvación de todo el hombre y de todos los hombres, Jesús muestra una particular predilección por los que están heridos en cuerpo y espíritu: los pobres, los pecadores, los endemoniados, los enfermos. , los marginados. Así se revela médico tanto de las almas como de los cuerpos, un buen samaritano del hombre. Él es el verdadero Salvador: Jesús salva, Jesús sana, Jesús sana.

(Ángelus, 8 de febrero de 2015)


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