Homilía del 6 de Junio de 2024: Evangelio y Palabra del Día

Homilía del 6 de Junio de 2024: Evangelio y Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA


Lectura de la segunda carta de san Pablo a Timoteo

2 Tm 2, 8-15

Querido hermano: Recuerda siempre que Jesucristo, descendiente de David, resucitó de entre los muertos, conforme al Evangelio que yo predico. Por este Evangelio sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la Palabra de Dios no está encadenada. Por eso lo sobrellevo todo por amor a los elegidos, para que ellos también alcancen en Cristo Jesús la salvación, y con ella, la gloria eterna.

Es verdad lo que decimos:
“Si morimos con él, viviremos con él;
si nos mantenemos firmes, reinaremos con él;
si lo negamos, él también nos negará;
si le somos infieles, él permanece fiel,
porque no puede contradecirse a sí mismo”.

Eso es lo que has de enseñar. Adviérteles a todos, delante de Dios, que eviten las discusiones por cuestión de palabras, lo cual no sirve para nada, sino para perdición de los oyentes.

Esfuérzate por presentarte ante Dios como un trabajador intachable, que no tiene de qué avergonzarse y predica fielmente la verdad.


EVANGELIO DEL DÍA

Lectura del santo evangelio según san Marcos

Mc 12, 28-34

En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?” Jesús le respondió: “El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos”.

El escriba replicó: “Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios”.

Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: “No estás lejos del Reino de Dios”. Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO

Al elegir estas dos Palabras dirigidas por Dios a su pueblo y unirlas, Jesús enseñó de una vez por todas que el amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables, es más, se apoyan mutuamente. Incluso si se colocan en secuencia, son las dos caras de una misma moneda: ¡vividos juntos son la verdadera fuerza del creyente! Amar a Dios significa vivir en Él y para Él, por lo que Él es y por lo que hace. Y nuestro Dios es donación sin reservas, es perdón sin límites, es relación que promueve y nos hace crecer. Por tanto, amar a Dios significa invertir cada día las energías para ser colaboradores suyos en el servicio sin reservas al prójimo, en el intento de perdonar sin límites y en el cultivo de relaciones de comunión y fraternidad.
El evangelista Marcos no se molesta en especificar quién es el prójimo, porque el prójimo es la persona que encuentro en el camino, en mis días. No se trata de preseleccionar al prójimo: eso no es cristiano. Pienso que mi prójimo es el que tengo preseleccionado: no, este no es cristiano, es pagano; pero se trata de tener ojos para verlo y un corazón para querer su bien. Si practicamos ver con la mirada de Jesús, siempre escucharemos y estaremos cerca de los necesitados.

(Ángelus, 4 de noviembre de 2018)

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