LECTURA DEL DÍA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios
Ef 2, 19-22
Hermanos: Ya no son ustedes extranjeros ni advenedizos; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular.
Sobre Cristo, todo el edificio se va levantando bien estructurado, para formar el templo santo del Señor, y unidos a él también ustedes se van incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser morada de Dios.
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Lucas
Lc 6, 12-16
Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO
«Jesús fue a la montaña a orar y pasó toda la noche orando a Dios». Y luego viene todo lo demás: el pueblo, la elección de los discípulos, las curaciones, las expulsiones de los demonios… La piedra angular es Jesús, sí: pero Jesús que ora. Jesús ora. Rezó y continúa orando por la Iglesia. La piedra angular de la Iglesia es el Señor ante el Padre, que intercede por nosotros, que ora por nosotros. A Él oramos, pero el fundamento es Él que ora por nosotros. […] en el Monte de los Olivos Jesús ora; en la cruz termina orando: su vida terminó en la oración. Esta es nuestra seguridad, este es nuestro fundamento, esta es nuestra piedra angular: Jesús que ora por nosotros, Jesús que ora por mí. cada uno de nosotros puede decir: “Estoy seguro, estoy seguro de que Jesús ora por mí, está delante del Padre y me nombra”. Ésta es la piedra angular de la Iglesia: Jesús en la oración. […]
Pensemos en ese pasaje, antes de la Pasión, cuando Jesús se dirige a Pedro con aquella advertencia: “Pedro… Satanás ha obtenido permiso para zarandearte como al trigo. Pero yo he orado por vosotros, para que vuestra fe no decaiga”: “Y lo que dice a Pedro, a vosotros, y a vosotros, y a vosotros, y a mí, y a todos, os dice: ‘He orado por vosotros, Oro por vosotros, estoy orando por vosotros ahora’, y cuando viene al altar, viene a interceder, a orar por nosotros. Como en la Cruz. Y esto nos da una gran seguridad. Pertenezco a esta comunidad, fuerte porque tiene a Jesús como piedra angular, pero Jesús que ora por mí, que ora por nosotros. Hoy nos hará bien pensar en la Iglesia; reflexionar sobre este misterio de la Iglesia. Todos somos como una construcción, pero el fundamento es Jesús, es Jesús quien ora por nosotros. Es Jesús quien ora por mí.
(Homilía desde Santa Marta, 28 de octubre de 2016)