El obispo de Mondoñedo-Ferrol, Manuel Sánchez Monge, nos acerca aquí un aire positivo sobre el ministerio consagrado, especialmente en estos días en que se pone en cuestión su valor y futuro para los nuevos tiempos.
El sacerdote es el centro de ocupación y preocupación de este libro, bien estructurado, con esquema teológico clásico y cuya base son los escritos pastorales, conferencias, artículos y trabajos realizados por el prelado durante los últimos años y que ahora ordena y da a la imprenta.
No es un libro al uso. A lo largo de sus capítulos, se advierte un trabajo profundo, con un lenguaje llano, fruto de la experiencia pastoral. Se adentra en la teología del sacerdocio y se detiene en la actividad pastoral de los sacerdotes hoy, con sus luces y sombras, pero también con sus desafíos. Aborda la importancia de la oración y la acción, de la simbiosis de ambas para un equilibrio en el ministerio sacerdotal. Son páginas llenas de esperanza, de ánimo, de buen tono.
El último capítulo es clarificador, y pudiera servir para estudios en grupos parroquiales, reuniones de sacerdotes o de laicos. Es un capítulo más pragmático, que sitúa al sacerdote en el lugar que le corresponde en la Iglesia, junto al laicado y a la vida consagrada. El prólogo es obra del arzobispo de Santiago, Julián Barrio.