Homilía del 15 de Febrero de 2022: Evangelio y Palabra del Día

Homilía del 15 de Febrero de 2022: Evangelio y Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA


De la carta del apóstol Santiago (Sant 1, 12-18)

Hermanos: Dichoso el hombre que sufre la tentación, porque después de superarla, recibirá en premio la corona de la vida, que Dios ha prometido a los que lo aman.

Que nadie diga, cuando sufre una tentación, que es Dios el que lo tienta, porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni pone él mismo a nadie en tentación. Más bien, cuando alguno es tentado, es su propia concupiscencia la que lo arrastra y lo seduce. La concupiscencia concibe y da a luz al pecado; y el pecado, cuando madura, engendra la muerte.

No se equivoquen, queridos hermanos: Todo beneficio y todo don perfecto viene de lo alto, del creador de la luz, en quien no hay ni cambios ni sombras. Por su propia voluntad nos engendró mediante la palabra de la verdad, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas.


EVANGELIO DEL DÍA


Evangelio según Marcos (Mc 8, 14-21)

En aquel tiempo, cuando los discípulos iban con Jesús en la barca, se dieron cuenta de que se les había olvidado llevar pan; sólo tenían uno. Jesús les hizo esta advertencia: “Fíjense bien y cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes”. Entonces ellos comentaban entre sí: “Es que no tenemos panes”.

Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo: “¿Por qué están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía no entienden ni acaban de comprender? ¿Tan embotada está su mente? ¿Para qué tienen ustedes ojos, si no ven, y oídos, si no oyen? ¿No recuerdan cuántos canastos de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres?” Ellos le contestaron: “Doce”. Y añadió: “¿Y cuántos canastos de sobras recogieron cuando repartí siete panes entre cuatro mil?” Le respondieron: “Siete”. Entonces él dijo: “¿Y todavía no acaban de comprender?”


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO

«Esta levadura», dice Jesús, «es peligrosa. Tengan cuidado. Es la hipocresía». Jesús no tolera la hipocresía: este aparente bienestar, incluso con bellas formas de educación, pero con malos hábitos por dentro.
Los otros son los cristianos: nosotros debemos ser los cristianos, porque también hay cristianos hipócritas, que no aceptan la levadura del Espíritu Santo. Por eso Jesús nos advierte: «Cuidado con la levadura de los fariseos». La levadura de los cristianos es el Espíritu Santo, que nos empuja, que nos hace crecer, con todas las dificultades del camino, incluso con todos los pecados, pero siempre con esperanza. El Espíritu Santo es precisamente la garantía de esa esperanza, de esa alabanza, de esa alegría.

(Homilía Santa Marta, 19 de octubre de 2018)

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