Homilía del 17 de Enero de 2022: Evangelio y Palabra del Día

Homilía del 17 de Enero de 2022: Evangelio y Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA


Lectura del primer libro de Samuel 15, 16-23

En aquellos días, Samuel le dijo a Saúl: “Te voy a manifestar lo que el Señor me dijo hoy en la noche”. Él le contestó: “¿Qué te dijo?” Samuel prosiguió: “Aunque a tus propios ojos no valías nada, ¿no llegaste acaso a ser el jefe de Israel? El Señor te ungió como rey de Israel. Él te ordenó llevar a cabo una expedición contra los amalecitas, diciéndote: ‘Ve y destruye a esos pecadores. Hazles la guerra hasta acabar con todos ellos’. ¿Por qué no has obedecido la voz del Señor y te has quedado con el botín, haciendo lo que desagradaba al Señor?”

Saúl le respondió a Samuel: “No. Yo obedecí al Señor. Llevé a cabo la expedición que él me ordenó. Traje cautivo a Agag, rey de Amalec, y acabé con los amalecitas. Fue el pueblo el que tomó del botín lo mejor de las ovejas y los bueyes para sacrificarlos al Señor, nuestro Dios, en Guilgal”.

Pero Samuel le replicó: “¿Crees tú que al Señor le agradan más los holocaustos y los sacrificios que la obediencia a sus palabras? La obediencia vale más que el sacrificio, y la docilidad, más que la grasa de los carneros. La rebelión contra Dios es tan grave como el pecado de hechicería, y la obstinación, como el crimen de idolatría. Por haber rechazado la orden del Señor, él te rechaza a ti como rey”.


EVANGELIO DEL DÍA


Evangelio según Marcos 2, 18-22

En una ocasión en que los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos ayunaban, algunos de ellos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos no?”

Jesús les contestó: “¿Cómo van a ayunar los invitados a una boda, mientras el esposo está con ellos? Mientras está con ellos el esposo, no pueden ayunar. Pero llegará el día en que el esposo les será quitado y entonces sí ayunarán.

Nadie le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo encoge y rompe la tela vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino rompe los odres, se perdería el vino y se echarían a perder los odres. A vino nuevo, odres nuevos”.


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO

¿Qué significa esto? ¿Qué cambia la ley? ¡No! Que la ley está al servicio del hombre que está al servicio de Dios y por eso el hombre debe tener el corazón abierto. Este ‘siempre se ha hecho así’ es un corazón cerrado y Jesús nos dijo: ‘Yo os enviaré el Espíritu Santo y Él os conducirá a la plena verdad’. Si tu corazón está cerrado a la novedad del Espíritu, ¡nunca llegarás a la verdad plena! Y tu vida cristiana será una vida a medias, una vida remendada, remendada con cosas nuevas, pero sobre una estructura que no está abierta a la voz del Señor. Un corazón cerrado, porque no puedes cambiar las pieles. Este es el mensaje que la Iglesia nos da hoy. Esto es lo que Jesús dice tan alto: ‘Vino nuevo en odres nuevos’. A la novedad del Espíritu, a las sorpresas de Dios, hay que renovar también los hábitos. Que el Señor nos dé la gracia de un corazón abierto, de un corazón abierto a la voz del Espíritu, que sepa discernir lo que ya no debe cambiar, porque es el fundamento, de lo que debe cambiar para recibir la novedad. del Espíritu Santo.

(Homilía de Santa Marta – 18 de enero de 2016)

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