Homilía del 20 de Octubre de 2018: Evangelio y Palabra del Día

Homilía del 20 de Octubre de 2018: Evangelio y Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA

Ef 1, 15-23

Hermanos: Me he enterado de su fe en el Señor Jesús y del amor que demuestran a todos los hermanos, por lo cual no dejo de dar gracias por ustedes, ni de recordarlos en mis oraciones, y le pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, que les conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerlo. Le pido que les ilumine la mente para que comprendan cuál es la esperanza que les da su llamamiento, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que son suyos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que confiamos en él, por la eficacia de su fuerza poderosa.

Con esta fuerza resucitó a Cristo de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, por encima de todos los ángeles, principados, potestades, virtudes y dominaciones, y por encima de cualquier persona, no sólo del mundo actual, sino también del futuro. Todo lo puso bajo sus pies y a él mismo lo constituyó cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo, y la plenitud del que lo consuma todo en todo.

EVANGELIO DEL DÍA

Lc 12, 8-12

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo les aseguro que a todo aquel que me reconozca abiertamente ante los hombres, lo reconocerá abiertamente el Hijo del hombre ante los ángeles de Dios; pero a aquel que me niegue ante los hombres, yo lo negaré ante los ángeles de Dios.

A todo aquel que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero a aquel que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.

Cuando los lleven a las sinagogas y ante los jueces y autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que convenga decir».

HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas, ¡no hay cristianismo sin persecución! Recuerda las últimas bienaventuranzas: cuando te llevan a las sinagogas, te perseguirán, te insultarán, este es el destino del cristiano. Y hoy, ante lo que está sucediendo en el mundo, con el silencio cómplice de tantos poderes que podrían detenerlo, nos enfrentamos a este destino cristiano. Sigue el mismo camino que Jesús.

(Santa Marta, 7 de septiembre de 2015).

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