Homilía del 3 de Octubre de 2023: Evangelio y Palabra del Día

Homilía del 2 de Octubre de 2023: Evangelio y Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA


Lectura de la profecía de Zacarías

Zac 8, 20-23

Esto dice el Señor de los ejércitos: «Vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades. Y los habitantes de una ciudad irán a ver a los de la otra y les dirán: ‘Vayamos a orar ante el Señor y a implorar la ayuda del Señor de los ejércitos’. ‘Yo también voy’. Y vendrán numerosos pueblos y naciones poderosas a orar ante el Señor Dios en Jerusalén y a implorar su protección».

Esto dice el Señor de los ejércitos: «En aquellos días, diez hombres de cada lengua extranjera tomarán por el borde del manto a un judío y le dirán: ‘Queremos ir contigo, pues hemos oído decir que Dios está con ustedes’ «.


EVANGELIO DEL DÍA

Lectura del santo evangelio según san Lucas

Lc 9, 51-56

Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: «Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?»

Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea.


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO

«Jesús tomó la firme decisión de ponerse en camino hacia Jerusalén» (9,51). Jerusalén es el destino final, donde Jesús, en su última Pascua, debe morir y resucitar, y así cumplir su misión de salvación. A partir de ese momento, después de esa “decisión firme”, Jesús apunta directo a la meta, y también a las personas que encuentra y que le piden que lo siga, les dice claramente cuáles son las condiciones: no tener un hogar estable; saber desprenderse de los afectos humanos; No cedas a la nostalgia del pasado. Pero Jesús también dice a sus discípulos, encargados de precederlo en el camino a Jerusalén para anunciar su paso, que no impongan nada: si no encuentran voluntad de acogerlo, sigan adelante, sigan adelante. Jesús nunca impone, Jesús es humilde, Jesús invita. Si quieres, ven. La humildad de Jesús es así: siempre invita, no impone. Todo esto nos hace pensar. Nos dice, por ejemplo, la importancia que tuvo también para Jesús la conciencia: escuchar la voz del Padre en su corazón y seguirla. […] Por eso debemos aprender a escuchar más nuestra conciencia. ¡Pero ten cuidado! Esto no significa seguirse a uno mismo, hacer lo que me interesa, lo que me conviene, lo que me gusta… ¡No es eso! La conciencia es el espacio interno de la escucha de la verdad, del bien, de la escucha de Dios; es el lugar interno de mi relación con Él, que le habla a mi corazón y me ayuda a discernir, a comprender el camino que debo tomar, y una vez tomada la decisión, a seguir adelante, a permanecer fiel.

(Ángelus, 30 de junio de 2013)

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