Homilía del 6 de Marzo de 2023: Evangelio y Palabra del Día

Homilía del 6 de Marzo de 2023: Evangelio y Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA


Lectura de la profecía de Daniel

Dn 9, 4-10

En aquellos días, imploré al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión: «Señor Dios, grande y temible, que guardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos. Nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidades, hemos sido malos, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus normas. No hemos hecho caso a los profetas, tus siervos, que hablaban a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo.

Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la vergüenza en el rostro, que ahora soportan los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén y de todo Israel, próximos y lejanos, en todos los países donde tú los dispersaste, a causa de las infidelidades que cometieron contra ti.

Señor, la vergüenza es nuestra, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. De nuestro Dios, en cambio, es el tener misericordia y perdonar, aunque nos hemos rebelado contra él, y al no seguir las leyes que él nos había dado por medio de sus siervos, los profetas, no hemos obedecido su voz».


EVANGELIO DEL DÍA

Lectura del santo evangelio según san Lucas

Lc 6, 36-38

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.

Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos».


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO

Sólo los misericordiosos se parecen a Dios Padre. Este es el camino, el camino que va contra el espíritu del mundo, que piensa de otra manera, que no acusa a los demás. Porque entre nosotros está el gran acusador, el que siempre va a acusarnos ante Dios, para destruirnos. Satanás: es el gran acusador. Y cuando entro en esta lógica de acusar, de maldecir, de intentar dañar al otro, entro en la lógica del gran acusador que es destructor. Quien no conoce la palabra ‘misericordia’, no la conoce, nunca la ha vivido (…) La única acusación lícita que tenemos los cristianos es acusarnos a nosotros mismos. Para los demás sólo misericordia, porque somos hijos del Padre que es misericordioso.

(Santa Marta, 13 septiembre 2018)

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