Homilía del 8 de Febrero de 2023: Evangelio y Palabra del Día

Homilía del 8 de Febrero de 2023: Evangelio y Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA


Lectura del libro del Génesis

Gn 2, 4-9. 15-17

Cuando el Señor Dios hizo el cielo y la tierra, no había ningún arbusto en el campo, ni había brotado ninguna hierba silvestre, pues el Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra y no había hombres que labraran el suelo y abrieran canales para que corriera el agua y se regaran los campos.

Un día, el Señor Dios tomó polvo del suelo y con él formó al hombre; le sopló en la nariz un aliento de vida, y el hombre comenzó a vivir. Después plantó el Señor un jardín al oriente del Edén y allí puso al hombre que había formado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, de hermoso aspecto y sabrosos frutos, y además, en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal. El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara.

El Señor Dios le dio al hombre esta orden: «Puedes comer de todos los árboles del jardín; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal te mando que no comas, porque el día en que comas de él, morirás sin remedio».


EVANGELIO DEL DÍA


Lectura del santo evangelio según san Marcos

Mc 7, 14-23

En aquel tiempo, Jesús llamó de nuevo a la gente y les dijo: «Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro».

Cuando entró en una casa para alejarse de la muchedumbre, los discípulos le preguntaron qué quería decir aquella parábola. Él les dijo: «¿Ustedes también son incapaces de comprender? ¿No entienden que nada de lo que entra en el hombre desde afuera puede contaminarlo, porque no entra en su corazón, sino en el vientre y después, sale del cuerpo?» Con estas palabras declaraba limpios todos los alimentos.

Luego agregó: «Lo que sí mancha al hombre es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre».


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO

Ante todo, tener cuidado con los hipócritas, es decir estar atentos a no basar la vida en el culto de la apariencia, de la exterioridad, en el cuidado exagerado de la propia imagen. Y, sobre todo, estar atentos a no doblegar la fe a nuestros intereses. No aprovecharse nunca del propio rol para aplastar a los demás, ¡nunca ganar sobre la piel de los más débiles! Y estar alerta, para no caer en la vanidad, para no obsesionarnos con las apariencias, perdiendo la sustancia y viviendo en la superficialidad. Preguntémonos, nos ayudará: en lo que decimos y hacemos, ¿deseamos ser apreciados y gratificados o dar un servicio a Dios y al prójimo, especialmente a los más débiles? Estemos alerta ante las falsedades del corazón, ante la hipocresía, ¡que es una enfermedad peligrosa del alma!

(Angelus, 7 noviembre 2021)

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