Homilía del 9 de Diciembre de 2019: Evangelio y Palabra del Día

Homilía del 9 de Diciembre de 2019: Evangelio y Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA


Primera lectura

Lectura del libro de génesis
Gn 3, 9-15. 20

Después de que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el Señor Dios llamó al hombre y le preguntó: “¿Dónde estás?” Éste le respondió: “Oí tus pasos en el jardín; tuve miedo, porque estoy desnudo, y me escondí”. Entonces le dijo Dios: “¿Y quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?” Respondió Adán: “La mujer que me diste por compañera me ofreció del fruto del árbol y comí”. El Señor Dios dijo a la mujer: “¿Por qué has hecho esto?” Repuso la mujer: “La serpiente me engañó y comí”.

Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente:
“Porque has hecho esto,
serás maldita entre todos los animales
y entre todas las bestias salvajes.
Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo
todos los días de tu vida.
Pondré enemistad entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y la suya;
y su descendencia te aplastará la cabeza,
mientras tú tratarás de morder su talón”.

El hombre le puso a su mujer el nombre de “Eva”, porque ella fue la madre de todos los vivientes.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios
Ef 1, 3-6. 11-12

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en él
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo,
para que fuéramos santos
e irreprochables a sus ojos, por el amor,
y determinó, porque así lo quiso,
que, por medio de Jesucristo, fuéramos sus hijos,
para que alabemos y glorifiquemos la gracia
con que nos ha favorecido por medio de su Hijo amado.

Con Cristo somos herederos también nosotros. Para esto estábamos destinados, por decisión del que lo hace todo según su voluntad: para que fuéramos una alabanza continua de su gloria, nosotros, los que ya antes esperábamos en Cristo.


EVANGELIO DEL DÍA


Evangelio según san Lucas
Lc 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.

Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.

El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”.

María le dijo entonces al ángel: “¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios”. María contestó: “Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”. Y el ángel se retiró de su presencia.


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO


En su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, el Pontífice se detuvo a considerar el misterio de la Anunciación, es decir el momento en el que cambia completamente la historia del hombre

Un pasaje “difícil de predicar”
Un pasaje del Evangelio de Lucas (Lc 1, 26-38) “difícil de predicar”, en el que el “Dios de las sorpresas” cambia el destino del hombre. Así lo subrayó el Santo Padre en su homilía, durante la Misa celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.

El pasaje del Evangelio de Lucas que hemos escuchado nos relata el momento decisivo de la historia, el más revolucionario. Es una situación convulsa, todo cambia, la historia se invierte. Es difícil predicar sobre este pasaje. Y cuando en Navidad o en el día de la Anunciación profesamos la fe para decir este misterio nos arrodillamos. Es el momento en que todo cambia, todo, desde la raíz. Litúrgicamente hoy es el día de la raíz. La Antífona que hoy marca el sentido es la raíz de Jesé, “de la que nacerá un brote”. Dios se agacha, Dios entra en la historia y lo hace con su estilo original: una sorpresa. El Dios de las sorpresas nos sorprende una vez más.

El Pontífice durante su homilía releyó el Evangelio del día a fin de que la asamblea pudiera reflexionar acerca de la envergadura del Anuncio.

Para Dios no hay nada imposible
“El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios no hay nada imposible”. Entonces María contestó: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y el ángel se retiró.

(Santa Marta, 20 diciembre 2018)


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