Homilía del 17 de Abril de 2019: Evangelio y Palabra del Día

Homilía del 17 de Abril de 2019: Evangelio y Palabra del Día

LECTURA DEL DÍA


Del libro del profeta Isaías
Is 50, 4-9

En aquel entonces, dijo Isaías:
«El Señor me ha dado una lengua experta,
para que pueda confortar al abatido
con palabras de aliento.

Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído,
para que escuche yo, como discípulo.
El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras
y yo no he opuesto resistencia
ni me he echado para atrás.

Ofrecí la espalda a los que me golpeaban,
la mejilla a los que me tiraban de la barba.
No aparté mi rostro a los insultos y salivazos.

Pero el Señor me ayuda,
por eso no quedaré confundido,
por eso endurecí mi rostro como roca
y sé que no quedaré avergonzado.
Cercano está de mí el que me hace justicia,
¿quién luchará contra mí?
¿Quién es mi adversario? ¿Quién me acusa?
Que se me enfrente.
El Señor es mi ayuda,
¿quién se atreverá a condenarme?»


EVANGELIO DEL DÍA


Evangelio según Mateo
Mt 26, 14-25

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: «¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?» Ellos quedaron en darle treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregárselo.

El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?» Él respondió: «Vayan a la ciudad, a casa de fulano y díganle: ‘El Maestro dice: Mi hora está ya cerca. Voy a celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa’ «. Ellos hicieron lo que Jesús les había ordenado y prepararon la cena de Pascua.

Al atardecer, se sentó a la mesa con los Doce, y mientras cenaban, les dijo: «Yo les aseguro que uno de ustedes va a entregarme». Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?» Él respondió: «El que moja su pan en el mismo plato que yo, ése va a entregarme. Porque el Hijo del hombre va a morir, como está escrito de él; pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más le valiera a ese hombre no haber nacido». Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Acaso soy yo, Maestro?» Jesús le respondió: «Tú lo has dicho».


HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO


La Pascua de Jesús es su éxodo, con el cual Él nos ha abierto la vía para alcanzar la vida plena, eterna y beata. Para abrir esta vía, este pasaje, Jesús ha tenido que desnudarse de su gloria, humillarse, hacerse obediente hasta la muerte y la muerte de cruz. Abrirse el camino hacia la vida eterna le ha costado toda su sangre, y gracias a Él nosotros estamos salvados de la esclavitud del pecado. Pero esto no quiere decir que Él ha hecho todo y nosotros no debemos hacer nada, que Él ha pasado a través de la cruz y nosotros “vamos al paraíso en carroza”. No es así. Nuestra salvación es ciertamente un don suyo, pero, ya que es una historia de amor, requiere nuestro “sí” y nuestra participación en su amor, como nos demuestra nuestra Madre María y después de Ella todos los santos.

La Cuaresma vive de esta dinámica: Cristo nos precede con su éxodo, y nosotros atravesamos el desierto gracias a Él y detrás de Él. Él es tentado por nosotros, y ha vencido al tentador por nosotros, pero también nosotros debemos con Él afrontar las tentaciones y superarlas. Él nos dona el agua viva de su Espíritu, y a nosotros nos toca aprovechar su fuente y beber, a través de los Sacramentos, de la oración, de la adoración; Él es la luz que vence las tinieblas, y a nosotros se nos pide alimentar la pequeña llama que nos ha sido encomendada el día de nuestro bautismo.

(Audiencia General, 1 de marzo de 2017)


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